La cuestión que el piquete no se iba, eran como las once la noche, así que armamos la camita y nos acostamos a dormir. Nos despertamos como a las ocho de la mañana y todo estaba igual.
Como habíamos visto otro auto argentino fuimos a ver que onda, y también había otro atrás que había estacionado a la noche (los habíamos visto también en el Ojo del Inca).
Los argentinos del auto de adelante eran tucumanos y los dos eran colegas míos. Los invitamos a tomar te, estaban cagados de frío y andaban en un Suzuki Fun (un auto re chiquito) así que no habían dormido nada.
Así que fueron, tomamos te, apareció el del auto de atrás que era mendocino y estaba con la mujer, nos quedamos charlando un buen rato y por ahí aparece un boliviano que nos dice que otro boliviano iba a ir por un camino alternativo para llegar a Uyuni, si queríamos podíamos ir con el.
Así que salimos todos corriendo a los autos y seguimos al boliviano. El camino era el cause de un río, así que imaginate, piedras, tierra, golpes, huellas. El auto de los tucumanos fue el primero en encajarse, así que bajamos nosotros y los mendocinos a empujar. Después se encajó la kangu y después se encajaron los mendocinos. Anduvimos un rato, re perdidos, el gps no marcaba nada y por ahí frena el boliviano, fuimos a ver y el tipo no sabía el camino! Había ido a ver si lo encontraba, así que estábamos todos en la misma.
La camionetita de los mendocinos se encajó como 6 veces y en una de esas, perdimos a los tucumanos y al boliviano y quedamos nosotros. Estuvimos como media hora intentando sacarla y no había caso. Había un sol! Hasta que por ahí salió, seguimos por el cause del río. Ni te cuento lo que fue, una cosa es contarlo y otra vivirlo. A nosotros nos quedaba menos de un cuarto de tanque de combustible y nos alejábamos cada vez mas de Uyuni. La verdad que fue un Dakar.
Por allá vemos el auto del boliviano volviendo, los tucumanos no estaban. Frena el boliviano y nos dice que no había nada, que el había visto otro camino que subía una montaña. Así que volvimos como 5 km y encaramos ese camino.
Iba por arriba de la montaña, subía, bajaba, piedras, agua, lo que te puedas imaginar.
Hasta que por ahí a lo lejos vimos la ciudad! Una emoción!
Llegamos festejando entre nosotros, entramos y nos fuimos a buscar el centro. Eran como la 1 de la tarde para todo esto. Por ahí llegan los tucumanos que habían venido por otro camino y estuvimos ahí todos los argentos festejando!
Nosotros fuimos a buscar un lugar para comer, comimos riquísimo en un local donde nos atendieron unos bolivianos re amables.
Después decidimos ir a un hostel porque hacía mucho calor, nos ardía mucho la cara, los ojos y estábamos agotados por el trajín de la mañana. Encontramos uno bastante decente por 90 bolivianos y nos quedamos toda la tarde ahí.
Nos bañamos, nos conectamos ya que teníamos wifi, tomamos mates, hablamos con la flia y subimos algunas fotos. A la tardecita cuando bajó el sol, dimos unas vuelta por el centro y buscamos excursiones para el salar, nos tomamos un helado y nos fuimos a dormir.
Al otro día armamos campamento y nos fuimos a hacer la excursión, mientras esperábamos nos encontramos con los tucumanos y estuvimos charlando un rato. Nos enteramos que las rutas seguían cortadas, pero nosotros teníamos tres días de excursión así que teníamos la esperanza de que a la vuelta pudiéramos seguir camino a La Paz.
La Kangú la dejamos en un garaje que nos prestaron los mismos que nos vendieron la excursión.
A las 11 mas o menos salimos rumbo al salar, nos tocó ir con una pareja de españoles que vivían en Londres (Sara y Jaime) y una chica y un chico colombianos (Alexandra y Matheo). El guía se llamaba Joel y estaba vestido como un piloto de Fórmula 1 y la camioneta era espectacular. Rodrigo se quedó encantado.
Lo primero que recorrimos fue el cementerio de trenes (no pude encontrar el vagón que dice “Así es la visa” y Rodrigo estaba bastante mañoso porque le ardía la cara y los ojos, a mi también). Después fuimos a Colchani, un lugar donde venden artesanías de sal ( compre un solo imán de madera, porque los de sal después terminan como la llamita que me compré en Purmamarca: derretidos) y de ahí a comer al hotel de sal. Sacamos fotos con las banderitas y nos encontramos con los argentinos de nuevo. Comimos adentro del hotel, pero hacía mas calor que afuera, la verdad que la comida estuvo muy buena durante toda la excursión.
Después nos fuimos al medio del salar (estaba seco porque hace mas de 10 meses que no llueve) pero igual era impresionante. Sacamos como mil fotos saltando, con dinosaurios, haciendo poses, con botellas de vino, con zapatillas, todas geniales!. Y le preguntamos a Joel si podíamos quedarnos a ver el atardecer. Dijo que iba a ver que podía hacer porque no estaba incluido en la excursión y además en los hospedajes hay que llegar tipo 6, si no después no te cocinan.
Fuimos a la isla del Pescado, pero ninguno de nosotros quiso subir, ya estábamos cansados y el sol pegaba muy fuerte.
Cuando nos estábamos por ir, Joel nos dijo que nos íbamos a quedar a ver el atardecer pero no podíamos decir nada.
Increíble el atardecer en el salar. No hay otra palabra. Increíble ver los colores como van cambiando, el sol, los volcanes a lo lejos. La verdad que fue una experiencia inolvidable.
Nos fuimos a buscar hotel y en el segundo que vimos ya nos quedamos. Primero nos dieron para tomar café y te (me encantó el de anís, antes de irme de Bolivia me compro para llevarme) y ahí nomás la cena. Charlamos con los españoles y los colombianos y la cena fue re agradable.
Pagamos 10 bolivianos cada uno para bañarnos (ya nos dimos cuenta que los bolivianos además de ser resentidos, manejar como el culo y tener una mala onda terrible, te quieren sacar plata para todo) en una ducha que era una porquería. Hacía frío y caía un chorrito de agua que no te alcanzaba para nada, encima había que bañarse volando porque a las 9 y media apagaban el generador.
Me olvidé de contar que en Uyuni fuimos a una estación de servicio. Para ellos la nafta sale $3,7 y para nosotros 8,78, un afano! Así que cuando fuimos le dije $7 y nos dijo que si. Flor de garcas. No pienso pagar mas de 7 en ninguna otra estación de servicio. Y en la excursión lloramos un poco y nos descontaron 20 bolivianos a cada uno. Algo es algo.
Fuimos a dormir en las camas de sal y dormimos bastante bien, igual había un viento que volaba el techo y hacía un ruido! Pero una vez que nos dormimos, nos dormimos.
Nos levantaron a las 6, de la ventana de nuestra pieza se veían el amanecer. Todo oscuro y una línea horizontal bien naranja. Muy lindo.
El desayuno estaba bien potente. Café, te, leche, nescuik, mermelada, manteca, dulce de leche y pancitos. Desayunamos y nos fuimos a ver las lagunas.
La verdad que las lagunas estaban bastante feas porque como no llovía se habían secado y no se veían los colores.
Vimos un montón de flamencos, comimos al costado de una laguna, pasamos por el desierto de Dalí (se llama así porque hay unas piedras en el medio del desierto y hay un cuadro de Dalí que se parece a eso), vimos el árbol de piedra (una pavada si lo comparás con todas las demás formaciones rocosas que hay ahí) y seguimos hasta un pueblito donde íbamos a comer y dormir.
Como no había duchas, nos lavamos la cabeza con una canilla con agua bien fría y después merendamos. Nos fuimos a comprar unas cosas para el otro día a la mañana q nos teníamos que levantar a las 4 y media y cuando volvimos ya estaba la cena.
Nos dijeron que a las 9 y media se pagaba el generador y nos teníamos que ir a dormir. Así que comimos y nos pusimos a charlar de espiritus, médiums y un montón de cosas. La cuestión que todos se habían ido a dormir y nos apagaron las luz a las 9! Así que al sobre.
Al otro día nos cambiamos, desayunamos poco y nos fuimos con terrible frío a ver los geisers. Nos encantó, nos pareció increíble el lugar, nunca habíamos visto algo así.
Estuvimos un buen rato, hasta que el frío nos echó y nos fuimos a la laguna verde, que ya no era verde porque no hay agua directamente. Estuvimos un rato y después a las aguas termales. Después de mucho pensarlo nos metimos, y menos mal! Porque estaban divinas, como a 35º y encima nosotros que veníamos re cagados de frío de los geisers.
De ahí seguimos viaje viendo paisajes re lindos y nos paramos a comer en el paraíso de la llama. Le pusimos así porque parecía literalemnte eso. Había muchísimas llamas, entres las montañas, un poco de río y mucho verde. Así que comimos ahí, Rodrigo ayudó con la comida.
Después ya arrancamos viaje para Uyuni, paramos por un par de lugares más, dormitamos un poco en el viaje, charlamos otro poco, paramos en un pueblo y por fin llegamos.
Nosotros nos fuimos a buscar la kangoo y después volvimos para que los chicos la vieran. Nos quedamos charlando, salieron unas pizzas y al final los acompañamos a la terminal.
Nos despedimos, nos abrazamos y nos dimos cuenta que los íbamos a extrañar. Estando lejos de casa uno se encariña con gente que va conociendo, y nosotros compartimos tres días hermosos, llenos de experiencias, paisajes, charlar y momentos lindos.
Nos fuimos sintiéndonos medios solos a comer, compramos para probar pique macho y después de tres horas de espera, llegó. No lo pudimos disfrutar mucho porque era bastante picante y nuestros labios no daban mas!
Ese día decidimos dormir en la kangoo en la cuadra donde estaba el regimiento militar. Armamos todo en otra cuadra (para no llamar tanto la atención) y nos fuimos a dormir ahí.
Al otro día nos levantamos y encontramos una boliviana simpática! Que nos deseó los buenos días y nos preguntó que íbamos a desayunar. Una vez que armamos todo salimos rumbo a Oruro, nos dijeron que eran los carnavales, así que fuimos.
Los carnavales resultaron no ser ese día, así que seguimos viaje a La Paz. La Paz en una palabra es ENORME, imponente, increíblemente grande. No podíamos creer lo que veíamos. Semejante ciudad! Es asombroso.
Decidimos no entrar demasiado ya que tenemos malas experiencias con las calles empinadas. Comimos pollo a la broaster (otra vez) y cuando intentamos irnos, nos perdimos y terminamos andando por una calle al borde de un precipicio, de una sola mano, empinadísima y de 3 m de ancho. Segunda crisis del viaje, yo gritando como loca, llorando, Rodrigo cagandome a pedo porque lo pongo nervioso y vuelta en U cuando se pudo.
La salida de la Paz fue igual o peor que la de Potosí. Pero por fin subimos a la ruta y a otra cosa.
Decidimos seguir viaje a Copacabana, la verdad las ciudades nos estresan mucho y es mucho mas difícil conseguir donde dormir.
Camino a Copacabana el GPS nos decía “subí al ferry” y literal, se nos terminó la ruta y cuando quisimos acordar ya estábamos arriba del ferry, no tuvimos tiempo para pensarlo.
Nos cruzó en unos quince minutos, un paisaje espectacular, en el que estuve sacando fotos todo el tiempo.
Una vez en tierra seguimos para Copacabana, ya era de noche (como siempre), así que no pudimos ver los paisajes que seguramente eran increíbles.
Cuando llegamos a Copacabana, nos sorprendió la cantidad de gente y puestos que había. Muchísimos, nunca nos lo hubiéramos imaginado tan turístico.
Después de dar unas vueltas esquivando gente y autos, encontramos un lugar donde estacionarnos. Nos paramos al lado de una kombi de argentina y ya no nos sentíamos tan solos. No pudimos encontrar una ducha digna.
En la única más o menos digna estaban los cables pelados y cuando abrimos el agua empezó a hacer chispazos. Así que nos cambiamos y esa noche no nos pudimos bañar.
Dormimos de diez, al otro día nos levantamos, desayunamos al borde del Lago Titicaca y a la una nos tomamos un ferry a la Isla de Sol.
El agua es azul intenso y hay mas islas, el viaje duró dos horas en el que hablamos con Miriam, una argentina y Eddi, un colombiano.
Cuando llegamos salimos a buscar hostel, nosotros dos, Miriam, Eddi y Giovanni (un brasilero de unos 55 años que andaba solo). Después de andar bastante, conseguimos una habitación de 3 a 20 bolivianos cada uno. La habitación era re linda, la contra era que la ducha era con agua fría. Pero como nosotros estábamos con poco presupuesto enseguida aceptamos. Miriam se fue a dormir con nosotros, y el colombiano y el brasilero, se encontraron con dos argentinos y alquilaron una pieza para 4.
Antes de tomar la lancha me olvidé de algo re importante! Estábamos dando vueltas buscando garaje cuando encontramos una kangoo argentina, le empezamos a tocar bocina y nos saludaron, hicimos unos metros y vimos que nos estaban llamando así que fuimos. Eran dos chicos y su abuelo, habían viajado hasta Colombia y estaban volviendo.
Charlamos un buen rato, nos aconsejaron a que lugares ir y nos regalaron 2 kg de yerba. Nosotros chochos, no lo podíamos creer. También nos regalaron unos dólares para que nos paguemos una cena de Ecuador o Colombia. La verdad, divinos, sobretodo el abuelo, que era un viajero que había perdido a su esposa hacía poco, así que había viajado con sus nietos. Nos abrazó cuando nos íbamos y nos dijo que se alegraba de ver viajeros jóvenes como nosotros.
Nosotros felices.
Ahora si, volviendo a la Isla del Sol, preparamos mates, compramos una terribles empanadas fritas y nos fuimos a la playa. La mayor parte (un 90%) eran argentinos. Unos cantaban, tocaban instrumentos, otros vendían cosas, charlaban y tomaban mates. Nos quedamos un buen rato ahí, primero solos, después con Miriam y Giovanni.
Vimos pasar chanchos, ovejas, perros, vacas, de todo por la playa. También vimos un montón de nenes chiquitos trabajando (te calentaban el gua del termo, vendían cosas llevando una carretilla por la playa) y no nos gustó ni medio.
Por ahí se levanto un viento bárbaro y se vino una tormenta, así que nos refugiamos en el hostel. Charlamos un buen rato y compramos unas salchipapas para comer.
Nos acostamos re temprano, no había nada mas para hacer y hacía mucho frío. Además queríamos ver el amanecer.
QUE HERMOSO VIAJE, NOS ALEGRAMOS DE VERLOS BIEN!!!!! Y YA SE EXTRAÑAN LAS VISITAS DE RODRIGO,JAJAJJA, SALUDOS DE MARTIN,LUCIO Y DE ROSARIO (Yerba Mate)
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